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sábado, 12 de septiembre de 2009

PACIENCIA INFINITA, COMPAÑERO SIEMPRE

Le moví la cola, lloré y casi hago pis en la alfombra cuando lo ví, pero siguió de largo a la cocina y no me acarició. Quizás no tuvo un buen día hoy, es un chico muy ocupado y tiene muchas actividades por lo que siempre veo, entra y sale, se va durante muchas horas y recién vuelve cuando despierto de mi siesta. Quizás haya tenido un problema. Bajé mi cola y lo seguí por detrás intentando animarlo.
El bife que me pegó y su grito "dejá de seguirme perro pelotudo!" me hizo dar cuenta de que tenía razón, hoy tuvo un mal día.
Pobre, vaya uno a saber qué le pasó. Me quedé por ahí cerca pero no tan cerca para no seguir interrumpiendolo. Se largó a llorar, y como ustedes saben, me da pánico verlo llorar así que me fui a meter abajo de la cama. Después de un rato, cuando me animé a salir, lo fui a buscar y estaba durmiendo una siesta en el sillón, y creí que lo mejor que podía hacer para acompañarlo era dormir a sus pies como siempre que me invita a su cama. Me desperté abruptamente porque, cuando él se levantó, me pisó sin querer. Me pidió perdón y yo le moví la cola sonriendo. "Definitivamente hoy no es tu día" pensé y luego de darle algunos besos logré sacarle una carcajada. Se levantó y me llamó a la cocina. A pesar de tener sus problemas, de tener sus complicaciones, este chico, es una gran persona.

-o-

Llegué a casa sin ningún ánimo de hacer nada. Entré y fui a la cocina a prepararme algo para comer y bajar la angustia de mierda que me agarró. El perro como siempre me estaba dando vueltas. La puta que lo parió, me fui para la habitación y me seguía atrás, "qué quiere?" le pegué un bife y le grité algo que ya ni me acuerdo. Me largué a llorar y creo que se metió abajo de la cama como siempre que lloro. Lloré un rato largo y me desquité la bronca, hice de las mias para no pensar tanto y me fui a dormir para despejar la cabeza. El sillón estaba más cómodo que nunca, así que el sueño fue inmediato. Cuando me desperté tenía al perro abajo y lo pisé sin querer. Le pedí perdón y me dio un montón de besos jaja. Yo no puedo creerlo. Siempre que estoy mal por boludeces, me la agarro con él, le pego un bife o lo reto por nada, pobrecito, y él siempre está conmigo, al lado, acompañandome, en las buenas y en las malas el doble. Definitivamente los humanos estamos bastante más abajo que algunos animales.

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