Acá cumpliendo con mi palabra cumpliendo la apuesta. Hay que tener huevos para ponerse esa camiseta la verdad. Sin discriminar, mientras la tuve puesta me dieron ganitas de ponerme un casquito amarillo y construir un edificio por dos mangos. Me sentí lejos de casa y lejos de mi familia, y muerto de ganas de tomar vino en caja de cartón. Me sentí sucio y mal visto. Fue horrible, pero igual cumplí la apuesta porque tengo huevos.
Peor hubiese sido si Boca hubiera peleado el campeonato, por suerte no pelean nada y no fue tan humillante.

El Rojo. El más grande de todos los equipos de Argentina y de América.