Con mi desgraciada tendencia a fantasear convivo, sin miedo pero con cuidado, me siento atado y no puedo volar, cuando mi fantasía se da cuerda y mi cabeza escapa a la realidad. Estoy aquí pero no lo estoy a la vez. Vuelo por los aires de un mundo imaginario en el cual vivo sólo con quien quiero en el momento en que yo quiero. Siento en mi viaje el escudo acorazado que me permite ver las cosas de una manera en que la realidad no me deja, y sueño con colores y con la gente que me ama cerca mio y con los que no me bancan bien lejos, allá, del otro lado, en la realidad. He aquí un problema del cual es difícil escapar y a la vez, recurso adictivo con el cual puedo encontrar lo que en vida no puedo tener.

Este mundo del que les hablo, hombres y mujeres, es un mundo que no existe pero yo lo vivo.